I. Montes, Málaga

Dicen que innovar es ser valiente y lanzarse a la piscina. Vendarse los ojos y apostar por el talento y la innovación sin dejar de lado la constancia pero, ¿existe esa filosofía de innovación en España? ¿Es posible romper con las reglas teniendo como recompensa el éxito?

En su camino hasta conseguir conquistar a Google, Joaquín Cuenca y Bernardo Quintero siguieron sendas distintas en el amplio ecosistema que es el emprendimiento. Desde los inicios de esa chispa que disparó sus ideas hasta los errores que cometieron a lo largo de su carrera, pasando por la gestación de sus exitosas empresas que sedujeron al gran buscador, ambos expusieron ante un centenar de asistentes un apasionante recorrido por su trayectoria en la primera edición de Innovation Talks Málaga, organizara por Grupo Joly, empresa editora de este periódico, y BBVA el pasado jueves en El Balneario (Málaga). De la mano del director de zona de BBVA Málaga, Javier Lebrón, y el coordinador de contenidos digitales de Grupo Joly, Jesús Ollero, el restaurante, localizado en los Baños del Carmen, se convirtió así en un foro de emprendimiento en el que innovación y talento se dieron la mano gracias al ejemplo de estos dos jóvenes afincados en la Costa del Sol.

Premio a la constancia
En el caso de Quintero, la perseverancia se convirtió finalmente en premio. No obstante, según explicó en su ponencia, el llegar hasta el gigante de Mountain View (Santa Clara, Estados Unidos) no fue un camino de rosas. “Empecé a programar con 10 años. Un día me infectaron el ordenador con mi primer virus, ping-pong, y como tenía ya conocimientos del lenguaje de programación, vi cómo funcionaba y realicé la operación inversa”, relataba sobre sus primeros pinitos en este ámbito.

De ahí que reivindicase la importancia de enseñar programación desde edades tempranas. “Hoy día se premia la memorización de contenidos. ¿Alguien recuerda cuándo fue la última vez que innovó en un examen y respondió algo distinto a lo que se pedía”, preguntó Quintero al público asistente. “La filosofía de la innovación se ha de fomentar desde la educación, los niños no tienen que verse penalizados por el fallo y tienen que pasar de ser consumidores digitales a creadores”, prosiguió el malagueño. De hecho, junto con Cuenca y otros representantes del sector  así como empresarios y educadores, impulsó Málaga Code, manifiesto en el que instan a las autoridades a que la informática se acerque a los colegios y sea parte de la educación de los menores malagueños.

Su talento y sagacidad le llevaron en 1998 a crear Hispasec, su primera experiencia empresarial que fue el germen de Virus Total, empresa que vendería más tarde a Google. En Hispasec publicaba, junto con Antonio Ropero, un artículo sobre seguridad y virus informáticos. “Aquí vino mi primer error. No tenía modelo de negocio, ni marketing ni red comercial, así que al ir a registrar el nombre vi que ya había una cadena de lavanderías y tintorerías llamada Hispasec”, explicó Quintero sobre uno de los cuatro errores que cometió desarrollando sus empresas y en los cuales centró su ponencia.

En una entrevista en 1999 sobre Hispasec, este malagueño cometió el segundo error:_”En el último párrafo de esta entrevista, cuento exactamente lo que sería después Virus Total: un servidor en el que cualquier persona pudiera enviar un fichero sospechoso de contener virus. Mi error fue que esa idea no la llevé a cabo hasta cinco años después, cuando en 2004 monté Virus_Total, tiempo en el que alguien podría haberla copiado. Por eso las ideas no valen de nada si no se ejecutan, lo importante es ver cómo evoluciona en el tiempo”.

Google era el sueño de Quintero y no paró hasta conseguirlo, aunque en estos años cometió nuevos errores en su estrategia para acercarse al gran buscador. “Busqué los datos de contacto de alguien de Google en un artículo académico, le escribí contándole lo que hacíamos. Insistí hasta que se interesó en nuestra actividad y la comunicación fue más fluida”, relató Quintero, quien mantuvo la constancia hasta que en 2011 encontró el primer troyano que robaba el monedero de Bitcoin._”Lo publiqué en Twitter e incluso salió en medios de comunicación, pero este fue mi tercer error: al día siguiente de hacerlo público me copiaron y elaboraron un informe”, explicó.

En octubre de 2011 descubrió mediante Virus Total el origen de un malware que atacó a RSA, fabricante de armas estadounidense proveedor del Departamento de Defensa, lo que supuso el impulso final hasta llegar a Google. Este fue el punto de inflexión que llamó la atención del gigante multinacional: en 2012 adquirió Virus Total y se llevó a su equipo, con Quintero al frente del mismo, quien exigió  una sede en El Candado (Málaga) manteniendo la autonomía del servicio de análisis de virus. No obstante, el cuarto error del malagueño en su periplo vendría de la mano de la planificación. “Google te da mucha flexibilidad para trabajar pero tienes objetivos trimestrales. Yo hice objetivos por equipo e individuales y saqué los resultados. A la hora de presentarlos me dijeron que en Google tienes que intentar cosas tan locas que se caiga parte de lo que te has propuesto”. “El fallo era mi día a día constante”, resume el malagueño, quien finalizó su ponencia resaltando que Virus Total es la única herramienta de Google que ofrece servicio a la competencia.

La puja de google

Con errores y de forma precoz, al igual que este malagueño, fue el camino hasta seducir a Google del alicantino Joaquín Cuenca. Su experiencia arrancó en París, donde desarrollaba software. A través de la experiencia con su amigo Eduardo Manchón le empezó a picar la curiosidad por adentrarse en el mundo del emprendimiento cuando vendió Loquo -portal para poner anuncios- a Ebay. Ambos formaron además en 2005 Panoramio, un portal en el que los usuarios de cualquier parte del mundo podían subir sus fotos y geolocalizarlas.

“Cuando se lanzó Google Maps comencé a jugar con él y poner fotos de mi pueblo en el mapa”, relató Cuenca sobre lo que sería el germen de Panoramio, negocio que el alicantino creía que iba a despegar de forma más rápida: “Tardó más de lo que esperado, por eso nos pusimos el objetivo de lanzarlo a los tres meses de empezar”, recalcó Cuenca, añadiendo que aunque la idea no estaba madura completamente “cuando tienes algo bueno no hay que avergonzarse y sacarlo porque siempre se puede arreglar después”.

Previamente ya era conocido en foros técnicos de Google Maps por algunas de sus programaciones. Más allá del boca a boca, la fama y el tráfico de Panoramio creció tras escribir al vicepresidente de Google Earth, John Hanke, quien quería enlazar la web a la página de descargas de ese servicio. “Una noche comencé a programar y creé un mashup -aplicación web híbrida- de Geocoder, Loquo y anuncios”, señaló Cuenca.

Gracias a la invitación a una conferencia en Estados Unidos, Panoramio comenzó a despegar ya que sugerían soluciones a los problemas que veían en Google Earth. No fue hasta el segundo intento en 2006 cuando Cuenca accedió a las negociaciones de compra del gran buscador por su negocio, ya que al principio no querían perder las riendas de la empresa. Sin embargo, los primeros pasos en la asociación con el gigante no fueron por el buen camino. “El servidor no estaba preparado para tanto tráfico, sólo aguantó ocho horas”, recordó este alicantino afincado en la Costa del Sol.

Ya junto con José Florido se adentraron más en la aventura de la mano de Google hasta que Cuenca decidió romper los vínculos tres años después para centrarse en otros proyectos. Así, es cofundador también de Freepik, negocio líder mundial con sede en Málaga que ofrece recursos gráficos como vectores, iconos, fotos o plantillas; y socio de Resultados-futbol.com -también con sede en la Costa del Sol-, versión web y aplicación para iOS y Android con la cual sus usuarios pueden informarse de los marcadores de todas las ligas de fútbol del mundo. Asimismo, está al frente de Thumbr.io, un portal de tratamiento avanzado de fotografías.

Caminos hacia el futuro

Más allá de sus diferentes caminos, ambos coincidieron en el gran potencial que existe en España, la importancia del trabajo unido al talento y la perseverancia. “Es injusto comparar al emprendedor español con el americano porque nos falta mucho en lo que avanzar”, resaltó Quintero, añadiendo que lo importante al salir fuera es olvidarse de los complejos -como el idioma- y centrarse en lo que se sabe hacer. Idea que recalcó Cuenca: “A los españoles a veces nos hace falta creérnoslo más”.

La suerte queda a un lado en ambos casos, pero es clave un buen ecosistema donde se den las condiciones para fraguar una buena idea, ante la cual no darse por vencido. “Yo no creo en la suerte, a mí lo que me ha funcionado ha sido sólo trabajar y perseguir lo que quería durante mucho tiempo”, indicó el malagueño fundador de Virus Total. “En el emprendimiento, si llega un punto en el que no se siente las energías de seguir con el proyecto, es señal de que llega el momento de pasar a otra cosa”, añadía Cuenca.

Respecto al futuro, ambos confluyeron en apostar por observar los cambios que se dan en el entorno para  desarrollar proyectos de emprendimiento. “Yo resaltaría también los tejidos inteligentes: nos regalarán ropa que monotorice nuestra actividad y mande esos datos a la nube”, agregó Quintero.

Estos dos lados del emprendimiento fueron así protagonistas en una cita que continuará el próximo mes de enero en Cádiz. A través del hashtag #InnovationTalksCádiz se anunciarán a los ponentes que participarán en este encuentro y se podrá participar en el mismo. Una forma de explotar el talento andaluz mediante el relato de forma dinámica de las experiencias de otros jóvenes con inquietudes similares. Esta iniciativa constituye además una oportunidad para establecer nexos con otras startups, ya que tras las intervenciones de los dos ponentes tiene lugar un espacio de networking en el que se ayuda al intercambio de ideas entre los invitados.

Fotos: Fernando Torres